La fachada que dice Ohla
El arte y el diseño convergen en el Ohla Barcelona como dos personas que se encuentran por la calle. Primero, su fachada óptica, obra de Frederic Amat, saluda a transeúntes y huéspedes creando un juego de miradas. Sus miles de ojos fueron colocados con una precisión milimétrica, como si de un tratamiento de acupuntura se tratara. Cada uno de los ojos de cerámica es una pieza de arte por su elaboración individual y única del ceramista Antoni Cumella.
El hotel está situado en la Via Laietana cuyo nombre representa a las antiguas tribus iberas que poblaron estas tierras. En época romana éste fue el lugar por donde pasaban las canalizaciones de agua y que abastaban la ciudad de Barcino. Aquí se construyó el palacio del primer Conde de Barcelona y actualmente se conserva la fachada del edificio que albergó los primeros grandes almacenes comerciales de la ciudad, Casa Vilardell. Esta fachada está catalogada como Patrimonio Urbanístico y fue el lienzo sobre dónde el escultor Frederic Amat diseñó su obra creando así una capa más de la historia.